La medida de un verso viene dada en principio por el número de sílabas que ese verso contiene, aunque se ve afectada por dos factores: la posición del acento en la última palabra del verso y las licencias métricas.
La posición del acento en la última plabra del verso afecta al cómputo silábico:
- Si el verso termina en una palabra aguda, se suma una sílaba.
- Si el verso termina en una palabra esdrújula, se resta una sílaba.
El cómputo silábico se ve afectado por tres fenómenos fónicos que se producen en el interior del verso:
- La sinalefa. Consiste en pronunciar la sílaba final de una palabra y la inicial de la siguiente en una sola sílaba. Se produce cuando una palabra termina en vocal y la siguiente empieza por h o por vocal. Ejemplo:
- La diéresis. Consiste en pronunciar en distintas sílabas las vocales de un diptongo. Ejemplo:
- La sinéresis. Consiste en pronunciar en una sola sílaba las vocales de un hiato. Ejemplo:
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